
EL bodhisattva es capaz de cruzar el río, por así definirlo, sin caer en sus turbulencias. Su mente actúa de acuerdo con lo que es, no seguirá leyes; hará lo debido en el momento correcto. Si la vida se le presenta caótica, la acepta, y de alguna forma las cosas se solucionan por sí mismas.
Todas sus acciones son fluidas, no hay ninguna rigidez. Todo encaja en su sitio, como si alguien hubiera pasado años y años resolviendo la situación. El bodhisattva no actúa de forma premeditada; se limita a “comunicarse”.
El comportamiento del bodhisattva (metáfora) es como el camino de un elefante. Los elefantes no se apresuran, caminan despacio y con seguridad por la selva, un paso tras otro. Siguen su senda. Nunca caen ni se equivocan. Todos sus pasos son seguros y concretos.
Chogyam Trungpa
COMENTARIO: La espontaneidad representa la claridad de la Mente. Nada entorpece esta espontanea libertad. El bodhisattva vive el momento. No se alarma, no regresa a los eventos…solo sigue su camino con Mente Clara.