Hay miles de maneras de ejercer nuestra budeidad. Para José Daza, hacer un tambor es su contribución para el bien de la humanidad. Así no lo sepa. Cuando un tambor suena, los gakis (demonios, espíritus negativos) huyen despavoridos. En todo templo Zen existe el gran tambor (TAIKO 大鼓) que ha de tocarse para las ceremonias. Muchos creen que es un ritual y más nada. El sonido de un tambor es un arma poderosísima contra las elaboraciones ininterrumpidas de pensamientos sin rumbo producidas por nuestras mentes inquietas, y además espanta cuanto gaki desee hacernos la vida imposible.
Si cada uno de nosotros tomara un gran tambor y lo tocaramos en el mismo momento durante una semana en nuestro país, todo cambiaria. Todo. Un repique de tambor es, en un templo Zen, el despertar a una nueva conciencia.
Si Buda nunca lo dijo, lo digo yo como discípulo directo suyo a través del honroso linaje de MokudoTaisen Deshimaru e Yves Nan Sen Carouget. Para ellos, un gran y eterno repique de tambores. José, te toca a ti tocar. Gassho y felicitaciones por tu aporte para calmar las mentes y erradicar los males. Sensei Paul quintero.
Nota: Los gakis los creas tú mismo. Un gaki es en sí una metáfora para explicar nuestros propios estados psicológicos. Son simples casos de una mente que nos juega bromas pesadas. Por eso debes ser, según el propio Budismo, una lámpara para ti mismo; así los podrás erradicar. Busca un tambor y contrata a José Daza para que te lo toque. Lo demás es simple iluminación.